viernes, 14 de diciembre de 2007

Nuevo Libro


La secuencia continuaba, la vieja me preguntaba la hora, el perro me olfateaba el pie y el kiosco estaba por cerrar..
Por alguna razón que no comprendo alguien la había enviado para retenerme y darle tiempo al quiosco de que cierre, el perro sabia algo estoy seguro, lo intuyo
Pero bueno logró su objetivo, las circunstancias me habían dejado en medio de la vereda.
Desesperado, con las botellas en la mano, boquiabierto, la persiana del quiosco bajándose lentamente, y un sentimiento de angustia terrible.
Al emprender el camino de regreso a mi casa pensando donde carazos deje el volantito del delivery de alcohol, soy interceptado nuevamente por la vieja del perrito olfateador,
¿Por casualidad podría usted decirme donde puedo conseguir una latita de cerveza?
Pero la gran siete pensé, estemmm si podría haber comprado ahí en el quiosco que acaba de cerrar.
-ah bueno, pero esta cerrado ya..
Si Sra. ya cerró, la puedo ayudar en algo mas?
No gracias mocito! y esbozó una sonrisa terrible que podría llegar a contarle 100 dientes, por alguna razón ella sabia lo que yo buscaba, y se estaba burlando de mi
Seguí mi camino pensando en la vieja, sus ojos habían cambiado considerablemente, ya eran diabólicos y hasta puedo jurar que el perro me enseñaba los colmillos a modo de burla.
Al entrar a casa, en estado totalmente abstinente me senté a ver tele, haciendo zapping muestran una marcha y creí ver a la vieja del perrito caminando lentamente, fue muy raro.
Al acostarme soñé también con la vieja, el perro y su diabólica sonrisa, el perro me estaba meando la cabeza y la vieja levitaba por la habitación preguntando la hora, gritando la hora y riendo, riendo fuerte, riendo y se escuchaban tic tac de relojes y la hora y agujas de reloj por todos lados y gritos y mas gritos nooo, salgo corriendo..
Subo las escaleras rumbo a la terraza, los gritos de la vieja y los ladridos del perro me asustaban cada vez mas, estaba desesperado, terrible pesadilla.
Abro la puerta, Corro hacia el borde, la vieja me toma el ante brazo y me sonríe, saltamos…

Desperté solo transpirado y con el reloj despertador clavándose en mi antebrazo.
Eran las 3 de la tarde.

*Este libro se acaba de Reeditar.
Todos los derechos de autor serán donados por Robertho a la Asociación de Almas Perdidas.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

ultimamente los perros y las viejas despiertan algo en vos no?

Zukutrulandia dijo...

durisimo!
pero no .. yo soy el de los perros